Paradojas Temporales

Esta tripulación, que ha contado desde el principio con cómplices de toda naturaleza y pertenecientes a todo tiempo y espacio, han tenido como referente, aliado y compañero al Doctor, ¿qué doctor? pues ese, el «Doctor Who».
No es posible un viaje de estas características, un viaje intergaláctico para llegar a un diminuto planeta llamado Tierra desde puntos distantes en el Universo sin superar velocidades superiores a la velocidad de la luz. Pero nos encontramos con una limitación física, y es que no es posible viajar a velocidades superiores a la de la luz, que por alta que sea (299.792.458 m/s) no es suficiente para recorrer las distáncia prevista.
Y es que con las distancias que manejamos, de porrones de años/luz, que corresponden a la distancia recorrida por la luz en un año (o un porrón de éstos), o buscábamos una alternativa, o no llegábamos nunca. Y aquí es donde entra en juego nuestro famoso Doctor.

La tecnología necesaria para realizar viajes en el tiempo es la misma que se emplearía para realizar viajes en el espacio, y básicamente está relacionada con los agujeros de gusano. Simplificando un montón el tema, consiste en establecer un tunel espacio/temporal entre dos singularidades.
Hasta aquí todo bien, pero como esto también permitiría viajar en el tiempo (unos dicen que hacia el futuro, otros que tanto hacia el futuro como el pasado y otros dicen que menuda chorrada), ¿qué ocurre con las paradojas temporales, como la paradoja del abuelo o la paradoja espacio/temporal, algo más doméstica, del coche y el garaje?

Y ahora que ya hemos llegado hasta aquí, le toca pensar un poquito a la tripulación y polizones sobre este tema. Y por cierto, si alguien se pregunta por qué hablar de Física, tiempo y espacio en un portal de Geografía precisamente hoy, un sólo comentario de parte de todos y todas los que estamos embarcados en esto:
– A la Capitán de esta nave: ¡¡¡Feliz Cumpleaños!!!